El podcast ha vuelto para hacerse oír

La pandemia, el mejor aliado del podcast

Esto del podcast no es nuevo. Se remonta a inicios de la década de los 2000 cuando internet iba como iba y distribuir audio empezaba a ser más fácil gracias al joven formato comprimido .mp3 y a la sindicación (RSS: acceder a contenidos actualizados sin tener la necesidad de ir navegando de web en web mediante agregadores como Feedly).

Era el boom de los blogs, había mucha información, muchos contenidos escritos y darle vida en forma de audio era muy atractivo. Todo iba bien hasta que los megas en las conexiones a internet crecían como los megapíxels en las cámaras de fotografía y se estableció lo de ‘el vídeo es el rey’ y claro, si no hacías vídeo, no eras nadie. Irrumpen plataformas de vídeo como Vimeo, Dailymotion, Metacafe o YouTube y el vídeo tira a la lona al audio de un derechazo en la mandíbula.

ANIMALES PARA DORMIR

Durante años, el vídeo es el amo y señor del entretenimiento y la información en internet. Desde lo más profesional a lo más doméstico, da igual. Casi paralelamente, las pantallas de los móviles se agrandan y llegan los smartphones con lo que se multiplica exponencialmente tanto el consumo de vídeo como la creación. Cualquiera puede hacer un vídeo y compartirlo. Siempre hay que intentar contar algo con lo que se hace pero así, a lo loco; un simple carrusel de fotos de las vacaciones en Egipto convertido en vídeo, aunque sea sin sonido, nos parecía que contaba más que un audio de alguien que dice palabras sin sentido. (Cómo ha cambiado la cosa, y si no que se lo digan ahora a Andreu Buenafuente y su lista de ‘Animales para dormir’).

El tiempo pasa y se inventan las redes sociales. A medida que estas crecen, el podcast se olvida. En redes se escribe, luego se pueden adjuntar imágenes y finalmente, vídeo. Nada para difundir voz. Los blogs y los podcasts —me gusta hacer este paralelismo— caminan de la mano por la cuneta de la autopista de la información haciendo autostop pero pocos se paran a recogerlos. La autopista necesita más y más carriles para absorber tantos unos y ceros. Estalla el límite de velocidad y cuanto más corren los coches más se les pide. Pero ¿habrá que ir a algún sitio o no? ¿Necesitamos un destino o no? Nah… tú pisa el acelerador y a gastar ruedas hasta que puedas. El exceso de información, el exceso de contenidos, el exceso de impactos visuales… en definitiva, el exceso de ruido pide al cuerpo frenar. Y si tú no frenas, una pandemia lo hará por ti.

Un poquito antes, en 2017, en EL TERRAT (The Mediapro Studio) detectamos de nuevo el olor en el aire a podcast. ‘Late Motiv’ llevaba poco tiempo en antena y queríamos jugar en otras ligas. Si la radio puede verse, la tele también puede ser escuchada. Empezamos a compartir los monólogos de Andreu Buenafuente, continuamos con el programa completo. Sumamos ‘La Resistencia’ de David Broncano y ‘LocoMundo’ de Quequé. Incluso apostamos por felicitar el nuevo año 2018 con un podcast navideño. Estábamos dando cada martillazo en el clavo. Los tres programas de televisión, en 2018, ya se colocaban como los más escuchados en iTunes y culminábamos ese año con el podcast más escuchado en iTunes (hoy es Apple Podcast): ‘La Resistencia’.

El podcast había regresado.

TE LO TENGO DICHO

Hoy en día es tan fácil (o difícil, según se mire) el hacer un vídeo como un podcast. Al vídeo le hemos perdido el respeto al decorado, al envoltorio. La habitación de Diógenes de fondo no nos molesta. Al audio solo le pedimos que se escuche bien, que no esté grabado en un túnel. Si hablamos de una producción más ambiciosa, gracias a la imaginación y al efecto de sonido recreamos cualquier escenario con muy poco esfuerzo. El poco consumo de datos o poderlo descargar y escucharlo en lugares sin conexión son sus ventajas tecnológicas.

Pero el podcast tiene un poderoso enemigo: el mismo podcast. Su naturaleza es la distribución y llegar a cuantas más plataformas de podcast mejor. Un audio, por ejemplo, publicado en iVoox —poco se valora su papel importantísimo durante tantos años— acaba replicándose en Spreaker, Podimo, Google Podcast, Apple Podcast, Castbox, TuneIn, Podchaser… y en muchos casos, también en plataformas que desconocemos. Esto hace que su monetización sea difícil, su rentabilidad total aún está por llegar. El modelo YouTube (pago por visualizaciones) no sirve. La publicidad incrustada en la plataforma o en el propio podcast no da para tanto pese a que es el momento de aprovechar ese casi vacío por parte de los anunciantes en el que no se darían de codazos para hacerse un hueco y destacar.

BOBCAST

En 2020 se augura un crecimiento del podcast gracias a la saturación de contenido visual y a todo el ruido que provocan las redes sociales. iVoox ya llevaba tiempo trabajando en sus contenidos originales, los que solo son accesibles exclusivamente en modalidad de suscripción; Audible (Amazon) seguía dando pasos para no cerrarse solo con los audiolibros; Spotify quiere aprovechar todo el colchón musical y el catálogo gratuito publicado en podcast afuera para empezar a crear contenido propio; aterriza Podimo en España cuya misión es ser la referencia del contenido exclusivo; la Cadena SER —por decir una emisora convencional— sigue apostando por su propia plataforma Podium y los contenidos que no puede o no quiere meter en su parrilla radiofónica; y en EL TERRAT afianzamos definitivamente una rama que se va a dedicar solo a producir podcast tras el buen funcionamiento de las probaturas, de ‘BobCast’ de Bob Pop, ‘Te Lo Tengo Dicho’ y produciendo contenidos exclusivos para plataformas que verán la luz este 2021.

En esas estamos cuando llega la pandemia, el confinamiento y las previsiones estallan por los aires pero para bien, para aún mejor. El podcast pega un subidón inesperado. Hasta un 94% más de consumo. Horas y horas en casa aburridos o teletrabajando dan para consumir horas y horas de contenidos. Las series, las películas, los vídeos en internet… se disparan, pero al podcast no hay que prestarle tanta atención. Sirve para escucharlo, tenerlo de fondo y ¡ay! qué bien va para esas horas en las que nos dejan salir a caminar o a correr con los auriculares puestos. Con un podcast en los oídos puedo ver el mar y escuchar a Andreu Buenafuente y Berto Romero en ‘Nadie Sabe Nada’ a la vez. Tan sencillo como tonto, pero es así.

Pero, tanto rollo y aún no sé ¿qué es un podcast?

Podcast: el contenedor. Episodio o capítulo: el contenido. A grandes rasgos, podríamos llamar podcast a cualquier contenido distribuido en forma de audio, ya sea de un programa emitido en radio o televisión, una nota de voz (larga o corta), una charla, una conferencia, una ficción, un documental, audiolibros… Yo les llamaría ‘formatos’. Ocurre igual como en vídeo —como soporte—, que existe una película o un documental y no es lo mismo. A partir de ahí, vienen los ‘géneros’: entrevistas, humor, true crime, crecimiento personal, meditación, cocina, terror… o el creciente ASMR (ruiditos, voces, sonidos y otras parafernalias para ayudarte a la relajación o a dormir). Así mismo, la duración de los episodios para alguien que es asiduo oyente de podcast no atemoriza. Sí es verdad que la media se sitúa de 25 a 40 minutos, pero existen los extremos de ‘por 10 minutos ya no me pongo’ o ‘si dura dos horas, mejor’.

NADIE SABE NADA

El caso de ‘El Grupo’ de Sílvia Abril y Toni Acosta, programa que producimos para la SER, es particular. Su emisión, a las 3:30 de la madrugada es para los trabajadores nocturnos o los que padecemos de insomnio. La difusión en podcast es altamente necesaria para ser escuchada en otro momento o el sábado por la mañana mientras desayunas pero además, a raíz del primer confinamiento en 2020 y la demanda de más duración, reinventamos el programa y le añadimos contenido a los 25 minutos iniciales consiguiendo un podcast diferente alcanzando los 40 o 45 minutos. Un prólogo y un epílogo son los contenidos extra a la emisión en radio y envuelven el contenido principal de este podcast nacido en Telegram con la conversación y aportación de un grupo con más de 7000 participantes y un canal con casi 4000 suscriptores.

Cada plataforma de podcast tiene su propia app para dispositivos más o menos resultonas y fáciles de manejar. Te permiten seguir el podcast y las actualizaciones de sus episodios, añadirlo a listas, descargarlo para escucharlo sin necesidad del uso de datos, etc…

Si volvemos a recordar que tener medios técnicos a nuestro alcance es bastante fácil, hoy podemos ilustrar la grabación de nuestro podcast con imagen en vídeo y subirlo a YouTube, lo cual abre aún más las posibilidades de ser conocido. Pero claro, las plataformas de podcast no te harán mucho caso porque sería como hacerle una película a Netflix y también subirla gratis a YouTube. Se prevé que, en los próximos años, el podcast alcance una cuota del 35% del consumo de la jungla de contenido, lo cual no está nada mal. Falta mucho camino por recorrer: hacerlo rentable para los creadores, asimilar que hay que pagar por contenido exclusivo (con Movistar, Netflix o HBO ya lo tenemos superado) y adoptarlo como un medio definitivo de entretenimiento e información. El más portátil de los formatos.

«El podcast ha vuelto para hacerse oír» se publicó originalmente en Inside Media Blog


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